Hay varios mitos que, sobre las tecnologías aplicadas en la educación, podemos encontrar acomodados en el pensamiento de nuestros alumnos y futuros docentes.
Para intentar desmitificarlas os recomiendo una estrategia que he usado en clases y que ha funcionado genial.
El primer mito que romperemos es el de la “divernética”, que es aquella idea que plantea que la tecnología es motivadora por sí sola.
Para ello les coloqué, con un despliegue de tecnología, un tostón de conferencia grabada de una radio educativa. Los dejé solos en el aula escuchando la conferencia durante varios minutos y regresé.
Al volver era un poema ver las caras, nadie entendía nada, ni decía nada.
Les pedí que formaran un círculo en el centro del aula para hablar sobre la conferencia, me costó moverlos de las sillas, pero con lentitud lo hicieron.
Una vez que comenzamos el debate se dieron cuenta del objetivo de la grabación. El debate fue gracioso, fructífero y llegamos a la conclusión de que las tecnologías no son siempre motivadoras y que cuando lo son, su poder de motivación no significa que haga que los alumnos aprendan algo importante con ellas.
Continuamos el debate y en él seguimos desmitificando otras ideas sobre las tecnologías como:
- La tecnología mágica: es un elemento esencial e imprescindible, que por si solo cambia las cosas.
- La tecnología ignorada: no ha demostrado todavía su eficacia por la resistencia de algunos profesores.
- La tecnología inteligente, que enseña a pensar y resolver problemas.
- La tecnología igualitaria, que resolverá las desigualdades educativas
- La revolución tecnológica, la T. cambiará los sistemas de aprendizaje y enseñanza
Os adjunto el recurso con el que cerré todas las ideas que habíamos discutido en el debate.